Todo gira alrededor de tu taza de café, humeante, caliente. El líquido cada vez más denso, más oscuro, tomando cuerpo. Y ella empezando tranquilamente a diseñar tu lectura del día, o más bien tarde. Estás deseando terminar, sólo quieres leer, quieres quedarte solamente con el sabor del último sorbo y leer lo que te depara, pero la charla exterior te da órdenes de que te comportes, sonríes violentamente, aparentas que la lentitud del momento es agradable para ti. Y de nuevo, tu destino se ralentiza, no pides nada sólo quieres saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario