Esos lobos devoran mi carne, disfrutan al comer cada tejido de mi, mordisquean y juegan con mi mente.
Aparecen cuando no hay música, cuando estoy solo, cuando observo. Lobos malditos que no puedo alejar y cada vez vienen más hambrientos de mí. -¡Apártense! les grito- pero solo ríen y devoran mi carne. Esos lobos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario